jueves, 8 de diciembre de 2011

¿Los niños y la pornografía?


Por Frank D. Frías y Yadira M.  López Jaramillo

El Chupi chupi, de Osmany García, ha dado mucho de qué hablar últimamente, luego de su eliminación en la carrera por alcanzar los premios Lucas. En medio de la tormenta resalta el bote, al menos para mí, del crítico Joel del Río, y de nombre “Los premios Lucas y la exaltación del deseo”. Texto publicado en Juventud Rebelde el pasado 26 de noviembre.
Después de tantas protestas contra el reggaetón por su progresiva escalada hacia una letra cada vez más prosaica, desmedida; abiertamente discriminatoria con las mujeres, propensa a venerar la violencia y de manera reciente a la pornografía, Joel del Río publica un artículo donde nos invita a reflexionar sobre si se ha sido injusto o no al ser retirado el video clip de Osmany García de las nominaciones a los premios de este año. Nos dice: “Todo cambia y se modifica, incluso las concepciones de lo que es correcto…” Por mi parte, ya he escuchado demasiadas discusiones acerca de Qué es el bien y qué es el mal. El fantasma del open mind ronda esta paradoja y por lo tanto, también los que pretenden ser “civilizados”, cambiando o confundiendo con frecuencia libertinaje con libertad. Creo que hay males que se muestran por si solos.

viernes, 2 de diciembre de 2011

No hay cuentas pendientes: El fantasma se nos fue

Por Frank D. Frías
 
Me dijeron que se trataba del próximo espacio humorístico de la televisión cubana y decidí echarle un vistazo. Introduje el disco en el reproductor y en cinco minutos me convenció de dos cosas: la primera, que era a todas luces una producción independiente, y la segunda, que estaba frente a los estertores de una generación hundida por la carga llevada a propósito sobre sus hombros durante más de una década.
Y qué importaría si fuese uno más de los tantos trabajos humorísticos de pésima calidad hecho por aficionados, el asunto es que la mayor parte del elenco son “profesionales” de amplia actividad en nuestro ámbito cultural, casi todos de la otrora exitosa serie televisiva Pateando la lata.

jueves, 10 de noviembre de 2011

El impredecible futuro del sol que nacía

El impredecible futuro del sol que nacía

Por Frank D. Frías
Al parecer, para olvidar un clima gris y siglos de costumbres estrictas, la vieja Capital del Este (Tokio), se ha entregado por completo al insomnio. Caminar por sus calles de madrugada es como hacerlo a las tres de la tarde, dejando poco espacio a la intimidad una ciudad atestada de gente y alcohol. Cuando viajas en el metro, lo mismo si lo abordas en la estación de Tokio, o en las de Yuracucho, Otemashi, Nijubashimae o Hibiya, lo encuentras incómodo por la enorme cantidad de viajeros, al punto de no poder moverte diez centímetros. Por otro lado, el ambiente en los vagones es pura cerveza, vino o líquidos más duros. Pero, al menos para mí, las imperfecciones quedarían saldadas con la belleza del Maru No Uchi (Centro de Negocios), o del A sakusa – Shitamachi (zona antigua y de templos de arquitectura excepcional) o, como no mencionarlo, el parque Ueno (con todos esos cerezos que lo hacen tan famoso, con el grupo de museos que lo rodea y el mercado de Ameyoko, una de las plazas fieles a la tradición culinaria del país), si la nueva generación no se diera tanto al culto de la imitación.

martes, 4 de octubre de 2011

La toma del pelo

Por Frank D. Frias

El sábado 6 de agosto asistí una vez más al espacio literario La toma del cuento, conducido por el escritor Alberto guerra Naranjo. El invitado: Rafael de Águila. El tema: Por dónde va nuestra literatura.
Rafael de Águila no tardó en sorprenderme. Si bien no estaba de acuerdo en algunos aspectos de su exposición, cómo que en Cuba hay más escritores hoy que en cualquier otro país latinoamericano (¿acaso alguien tiene la estadística de cuántos autores hay en cada país del área?), por otro lado, en su manera de exponer dejaba en evidencia un amplio conocimiento del asunto a tratar, y sobre todo noté que investigó lo necesario para no faltar el respeto a un público que a demostrado ser buen conocedor de nuestra literatura ( he visto a no pocos exponentes llegar a este espacio con poca preparación respecto al tema de turno). Abordó asuntos como: los intereses de nuestros escritores en la actualidad: “Comienzan a escribir una novela hoy y la terminan en dos o tres meses, porque quieren presentarla a un concurso”. Incluso llegó a comparar la falta de seriedad de muchos escritores con la profesionalidad de algunos clásicos: “Hemingway escribió treinta y nueve veces el final de Por quién dobla la campana (este es el verdadero título de la obra). Otros tardaron veinte e incluso hasta sesenta años para concluir una novela. También tenemos a Kafka, quien nunca finalizó algunas de sus obras más importantes”.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El hechizo de Darren Aronofsky

Frank David Frías
“Solo tú misma te interpones en tú camino. Déjate llevar”
El cisne negro
Es la obra todo un ballet macabro, oscuro. Donde la fotografía, en función de la atmósfera, le imprime una poesía que mezcla la belleza destructora que radica en la maldad, con la sutilidad de los fouttés, con el cuello grácil de los cisnes.
Es el filme  una combinación agradable del estilo más refinado de la escuela cinematográfica europea y estad ounidense. Una prueba de esto es el matrimonio que se establece entre el sensacionalismo y el simbolismo, de este último, cabe destacar la escena donde Nina Sayers, de regreso a casa, atraviesa un túnel oscuro (la vida cerrada, sin variantes, en una sola dirección) y una imagen de ella misma lo cruza en sentido contrario, vestida de negro, representando el retroceso hacia las tinieblas, dejando claro la contradicción entre ambas personalidades.
La primera expresión de Nina fue: Anoche tuve el sueño más raro de todos. Estaba bailando el cisne blanco. Era el preludio...cuando Rothbart lanza su hechizo. Y nos sigue dando guiños hasta rayar en la burla (la burla de lo magistral) en el momento que Thomás le dice a Nina frente al hospital donde convalece Beth por el accidente: Estoy seguro que lo hizo a propósito. Porque todo lo que hace Beth le surge de adentro, a partir de un impulso oscuro. Debe ser eso lo que la hace ser tan emocionante. Tan peligrosa. Incluso perfecta a veces. Pero también muy destructiva. En realidad están desnudando a Nina Sayers, por supuesto casi imposible de notarlo sin haber visto la trama en su totalidad.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Historias de la Necrópolis de Colón

Lic. Orquídea Lorenzo Gónzalez
   
LA MILAGROSA

Es una de las historias de amor más bellas y conmovedoras de la necrópolis habanera, que surgió y conllevó involuntariamente a una ceremonia ritual que aún es seguida por miles de devotos. Esta joven pareja, Amelia Goyri y José Vicente Adot, unidos desde la infancia por lazos de afecto y de parentesco tuvieron la censura de su amor dadas las diferencias sociales. El joven, perteneciente a la mediana burguesía, y Amelia, emparentada con la familia del Marqués de Balboa. La oposición se hizo mayor cuando José Vicente decide incorporarse a la Guerra de independencia (1895) donde alcanzó el grado de capitán del Ejército Libertador.
Terminada la guerra pide a Amelia en matrimonio y la suerte lo ayudó escogiéndose el 25 de junio de 1900 para celebrar las bodas de las dos hermanas, María Teresa y Amelia. Según nuestros antepasados, dos bodas juntas eran augurio de desgracia. Y así fue. El 3 de mayo de 1901 fallece Amelia como consecuencia de un ataque de eclampsia, a los ocho meses de embarazo. Dos meses más tarde muere su hermana María Teresa.
Fue un duro e insuperable golpe para José Vicente, quien encargó al escultor cubano José Vilalta y Saavedra una estatua de Amelia en la que se reprodujera lo más fielmente posible su rostro y para ello envió una fotografía al artista. La escultura se emplazó en un extremo de la bóveda en 1909.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Habanastation: El arte de quedar bien con todos. La marginalidad rosa


por Frank David Frías

Como escritor, me apasiona escribir cuentos y novelas. Rara vez dedico tiempo a un artículo, y cuando lo hago es porque algún tema me fascina en grado superlativo. Con la película cubana Habanastation me sucede lo contrario: despacho las líneas siguientes casi por obligación, por ser consecuente con el arte forma, y no fórmula al estilo de las farsas baratas que exhibe cada domingo el programa televisivo Arte siete.
La película falla desde el principio al mostrar escenas y actuaciones forzadas, como lo son la del matutino en la escuela, encartonado, plástico, con un análisis que se pierde entre la realidad y la sátira, es decir: es un lastre que se hunde en medio del lago, bien lejos de ambas orillas. Y lo otro son los niños de La Colmenita en el intercambio de juegos, sobreactuando como la mayoría del tiempo en el resto del filme. Creo que, a excepción de los protagonistas (no muy brillantes pero sí aceptables) el casting debió realizarse entre niños residentes en los barrios de desventaja social, a fin de cuentas, el guión no se inclina con rigor hacia los personajes secundarios. Por otro lado cabe señalar las locaciones utilizadas. Aunque a algunos, sobre todo en la capital, les extrañe que un río fluya cerca del cementerio, el propósito del director no era otro que mostrar un contraste marcado entre clases sociales. Y como en el resto de la isla, mucho más en el resto del mundo, los espectadores no conocen los barrios de La Timba y Zamora, se puede pasar por alto la fusión innecesaria: cualquiera de esos dos barrios bastaba para lanzar un cuadro deprimente.
 
Web Analytics