Por Frank D. Frías y Yadira M. López Jaramillo
El Chupi chupi, de Osmany García, ha dado mucho de qué hablar últimamente, luego de su eliminación en la carrera por alcanzar los premios Lucas. En medio de la tormenta resalta el bote, al menos para mí, del crítico Joel del Río, y de nombre “Los premios Lucas y la exaltación del deseo”. Texto publicado en Juventud Rebelde el pasado 26 de noviembre.
Después de tantas protestas contra el reggaetón por su progresiva escalada hacia una letra cada vez más prosaica, desmedida; abiertamente discriminatoria con las mujeres, propensa a venerar la violencia y de manera reciente a la pornografía, Joel del Río publica un artículo donde nos invita a reflexionar sobre si se ha sido injusto o no al ser retirado el video clip de Osmany García de las nominaciones a los premios de este año. Nos dice: “Todo cambia y se modifica, incluso las concepciones de lo que es correcto…” Por mi parte, ya he escuchado demasiadas discusiones acerca de Qué es el bien y qué es el mal. El fantasma del open mind ronda esta paradoja y por lo tanto, también los que pretenden ser “civilizados”, cambiando o confundiendo con frecuencia libertinaje con libertad. Creo que hay males que se muestran por si solos.