martes, 8 de mayo de 2012

LA MUJER EN NUESTRA LITERATURA

Por Frank D. Frías

El pasado 10 de marzo se reunieron un grupo de personas, intelectuales en su mayoría, en el Centro Cultural Habana, a propósito del espacio La Toma del Cuento, dirigido por el escritor Alberto Guerra Naranjo. El tema fue: La literatura cubana actual que escriben las mujeres. Como invitadas estaban la joven Susette Cordero y Gina Picart, destacada intelectual de nuestro país.
Susette Cordero, Alberto Guerra y Gina Picart
Luego de las presentaciones la actividad dio comienzo con la lectura, por parte de Susette, de dos cuentos: No todo el mundo merece un poema, y Triciclos Colgantes. La atención recayó en quien, según escuché, es una autora que apuesta por la literatura sincera y no por las modas. Veinte minutos más tarde se abría el debate en torno al tema del día y Gina Picart brotaba como capitana de una nave bien definida: «El canon actual carece de universalidad, a excepción de algunos casos».
Y continuó separando la literatura femenina en dos grupos o categorías. El primero, en el que ella se incluye, se dedica al género fantástico, al realismo e incluso al gótico; por supuesto, cada una centrada fundamentalmente en uno de los tres. El segundo grupo, en el que destacan Anna Lidia Vega, Marilyn Bobes y otras, se dedica a la escritura coral, según las palabras de Gina, y «llenan sus textos de problemas domésticos, obviando que la mujer está presente en el mundo». Y se apoyó en el ejemplo de Dulce María Loynaz: «Tenía una mirada fascinante sobre el hecho de ser mujer». Citó además el caso de Los blancos manicomios de Margarita Mateo, una novela con varios niveles de realidad y voz propia.
Gina también aseguró que empobrece ser minimalista cuando se tratan las problemáticas femeninas, y subrayó además que ahora hay un aura grupal de escritores y pesa la opinión de los grupos sobre el individuo. «Es difícil hoy para un joven autor narrar a contracorriente. Me espanta ver a escritores que han logrado cierta notoriedad actuando como líderes de grupos».
María Elena Llana, presente en el público, apoyó la postura de Gina Picart al comentar que las jóvenes (o los jóvenes, no me queda claro si aún se preservaba el tema a esa altura) escriben de todo y no se consolidan en nada. Y se tomó a ella misma como ejemplo al decir: «Escribo sin darle importancia a la etiqueta que me puedan poner. Escribo lo que me habla al oído».
Otros en el público hablaron, sobre todo de la necesidad de fijar la mirada en los autores que lo ameriten, incluyendo a los de provincias. Así como del camino equivocado que escogen muchos por alcanzar el reconocimiento. En este punto, Gina tomó a Legna Rodríguez como ejemplo, de quien dijo sentirse agradecida de una serie de cuentos leídos tiempo atrás, en especial de un libro que la propia Legna le regaló, pero que ahora, después de escuchar unos versos de un poema reciente, creyó estar ante el posible deterioro (quizá porque estos versos estén ligados a algún fenómeno de moda) de una autora que tiene una voz propia, interesante: «Está al borde del abismo».
Refiriéndose a los escritores que carecen de sinceridad en sus obras, Gina cerró el intercambio al apuntar: «Hacer el arte desde afuera es una gran traición». Y una expresión dicha a mitad de charla aún resonaba en el local: «Se está haciendo una literatura de guanábana». La satisfacción parecía generalizada (excepto por un par de jóvenes que se veían incómodos, hundidos en sus asientos) y la atención retornó a Susette Cordero. Le agradecieron la lectura y elogiaron, según la propia Gina, su capacidad para el lenguaje, su sensibilidad y el interés por la intelectualidad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy sorprendida por la forma en que se ha manejado esta breve reseña de la actividad Toma del cuento, a la que fui invitada a participar por su conductor, el narrador Alberto Guerra. Las implicaciones del texto guardan poca relación con el sucedido real, creo que por causa de una edición... extraña, lo que me indica la necesidad de comentar algunos puntos:

-Jamás se me ocurriría ubicar a Anna Lidya Vega entre autoras de la domesticidad. Muy al contrario, creo que su obra se caracteriza por poseer rasgos absolutamente propios. He publicado un artículo sobre su obra donde me he extendido en el tema (Ver Ánima fatua o el rostro velado del alma rusa, en las revistas digitales Cubaliteraria, Cubarte, Habana en línea, y en mi blog personal ginapicart.wordpress.com).

-Desde los blancos manicomios, de Margarita Mateo, la cité como una novela excelente sin ubicarla en grupo ni tendencia alguna, sino como un ejemplo de manejo múltiple de planos de la realidad y la simbólica.

-La cita textual "llenan sus textos de problemas domésticos olvidando que la mujer está presente en el mundo" no se refería a las autoras mencionadas por los reseñadores ni a otras en particular (como parece deducirse del contexto en cuestión), sino a la literatura femenina que se ha dado en llamar género en todas partes. Pero para establecer diferencias de canon en la literatura de un país resulta inevitable recurrir a cierto grado de comparación entre los autores que la conforman. Si pudiera hacerse de otro modo, agradecería que me fuera mostrada la forma alternativa.

-Jamás me he incluido en el grupo de las autoras de fantástico, que, por otra parte, solo integran María Elena Llana y Esther Díaz Llanillo, aunque es cierto que compartimos muchas zonas en nuestras obras. Si de purismo estético se tratara, solo Esther estaría en ese grupo (entonces unipersonal), pues es la única incontaminada por otras tendencias narrativas, como el realismo, por ejemplo. Siempre me he rehusado a una visión etiquetada de mi trabajo, porque las categorizaciones inapelables y sin matices no son de desear en el ejercicio de la crítica y no las quiero para mi trabajo.

-La literatura escrita por mujeres en Cuba, más que dividirse en grupos se divide en tendencias. Las posibles e inevitables imprecisiones propias de una conversación improvisada no me parecen suficientes para provocar esa clase de confusiones.

-En cuanto a Legna Rodríguez, mi expresión "al borde del abismo" refería a un borderline estético, a una posible ruptura con su producción anterior, que califiqué —como siempre hago cuando hablo de su trabajo—, de altísima calidad, en favor de la práctica de tendencias poéticas que, en razón de su propia naturaleza, me parece pueden comprometer cualquier estética. No ataco a escritores como individuos, sino a cánones literarios que me parecen erróneamente conprendidos. Lamento una vez más la confusión que causaron mis palabras.

-Comprobar que otras personas puedan percibirme como autoimbuida de ciertas capitanías y liderazgos me... ¿conmociona? Supongo que siempre causa cierto asombro descubrir que las conclusiones a que llegan otros sobre uno mismo resultan del todo ajenas a la vida real que uno se ha construido. Tal vez se haga difícil no convertirse en el punto más visible de un panel donde solo comparecen su moderador, una autora que lee dos cuentos y una invitada que opina obligada por las circunstancias. Llevé para lectura una breve conferencia de literatura comparada sobre la presencia de estructuras arquetípicas de lo femenino en el imaginario de tres obras de narradores cubanos, pero al llegar al local desistí (por razones ostensibles) y quedé sin un plan definido, por lo que, siguiendo la sugerencia del moderador, mi participación se resolvió en una charla sobre la literatura femenina cubana. Cuando vi esta reseña en Internet, el periodista que hay en mí esperaba que ahondara más en los aspectos teóricos abordados en aquella reunión, y menos en detalles más propios de la crónica social. Me equivoqué.

Anónimo dijo...

Por qué no publicar una foto de Sussette Cordero y sí la imagen de tres asistentes y cuatro sillas vacías.

Frank D. Frías & Yadira López dijo...

Las fotos fueron cortesía de un amigo, lamentablemente no andaba con mi cámara sino con gusto le hubiese tomado un par de fotos a Susette para colgarlas en el blog. En los próximos días pondremos la misma foto que Esquife publicó junto a este artículo y en la que sí está Susette.

http://www.esquife.cult.cu/index.php?option=com_content&view=article&id=1007:la-mujer-en-nuestra-literatura&catid=140:agenda-27-de-marzo-de-2012&Itemid=2

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